Algunas Fotos para el Recuerdo...





































































































































El Rómulo Betancourt de Manuel Caballero

 Este fué un interesante articulo, que he encontrado en internet, gracias Manuel Caballero por tan grandioso libro, y al Profeballa por este interesante artículo, que pondran encontrar en el enlace publicado; y bueno aqui esta El Rómulo Betancourt de Manuel Caballero:

La mayor impresión que me ha causado conocer a fondo la vida de Rómulo Betancourt, gracias al libro de Caballero, fue su actitud ante el poder. Es admirable como una persona que centre su vida en esta meta, y al lograrla se mantenga por cinco años en medio de 20 intentonas golpistas, para luego entregar de manera democrática y pacífica la presidencia; en un país donde los hombres con sus características buscaban permanecer por años y años.

La respuesta a ello está en la visión que tenía Betancourt del poder, al cual trataba como un medio (y no como un fin), para enseñar al pueblo y a los políticos que el mismo debía ser usado para servir y no para ENRIQUECERSE personalmente y mucho menos para APROPIÁRSELO. Era una PEDAGOGÍA política, por lo que; no sólo entregó el poder a su sucesor en el tiempo previsto ni un día más ni uno menos, y renunció a otra candidatura presidencial; sino que cuando decretó la reducción de sueldos y salarios el primero que recortó fue el suyo, como lo de sus ministros. Cuando viajaba le pagaba el pasaje a su esposa, pagándolo por cuotas en agencias de viaje privadas. Escuchar esto es como hablar de otra persona pero nunca un político, y mucho menos del político más influyente de la segunda mitad del siglo XX venezolano.

En esta pedagogía del poder se enmarca su combate a la corrupción y el “nuevorriquismo”, lo cual se inició desde su participación en la generación del 28, la cual se propuso como meta una “democracia decente”. En sus acciones de gobierno y en toda su acción política, propuso medidas para combatirla, y es gracias a su empeño que la corrupción empieza a ser vigilada y penada por el Estado con mayores posibilidades de éxito en dicho combate. En su gobierno fue la primera vez que se juzgaba, extraditaba y encarcelaba un presidente de la República en el país (fue el caso del General Marcos Pérez Jiménez), y este ejemplo se repitió (ya no en su gobierno) cuando se sacó a Carlos Andrés Pérez de la presidencia por un caso de corrupción en 1993. De Betancourt cuentan, que era tan respetuoso de los bienes del Estado, que una vez le pidió a un amigo que era presidente del hipódromo (Mario Mauriello) que le consiguiese un presupuesto de un albañil para hacer unas reformas en su casa (presupuesto que le hicieron llegar a su casa), Betancourt al recibirlo lo devolvió, porque se lo enviaron en un papel con membrete del hipódromo. Nunca tuvo casa propia sino al final de su vida y porque sus amigos hicieron una “vaca” para pagarle una pequeña quinta.


Fuente: http://venezuelaysuhistoria.blogspot.com/2005/08/el-rmulo-betancourt-de-manuel.html


Febrero del 36; regresar a mi Patria, y retomar la actividad política fue la misma cosa, llegué peleando por la democratización y modernización de Venezuela, con la influencia comunista en mi espíritu y la doctrina marxista en mi mente, mi primera incursión fue en la Comisión Organizadora de Partido Comunista, pero de ahí Salí pronto, en esos meses iniciales del lopecismo, era mejor crear organizaciones sin rigideces partidistas; asi que en poco tiempo me reuní con mis compañeros de ARDI y comenzamos un movimiento unitario, no partidista, que abarcaba todos los sectores de la sociedad. Ese movimiento lo llamamos Movimiento de Organización Venezolana (ORVE), ellos me veían como un líder, yo sin embargo pienso que simplemente era una persona con ideas claras y convincentes, era una persona capaz de tomar decisiones, y a las personas con ideas y con convicción las siguen. Siendo parte de la ORVE, acepte la responsabilidad de uno de los errores mas grandes que cometimos, por medio del llamado “Bloque de Abril” del cual eramos partícipes, hicimos posible que el 19 de abril de 1936 se reuniera el Congreso Nacional y escogiera formalmente a Eleazar Lopez Contreras como Presidente Constitucional de la República de Venezuela para el período 1936-1941. López nos traicionó, inició la represión en contra de la izquierda democrática; fue en ese momento cuando asumí la vocería de ORVE en esa ocasión dije: No tenemos excusa alguna a no ser la de una bobalicona e inconsciente candidez quienes en marzo aceptamos la teoría del hilo constitucional.

Al ver que López nos dio la espalda, decidimos hacerle frente creando una asociación política llamada Partido Democrático Nacional (PDN), apoyamos la huelga petrolera que convocó el Bloque Nacional Democrático, huelga que movilizó a unos 10.000 obreros y empleados de la industria petrolera. A partir de la suspensión de esa huelga petrolera, el gobierno tomó medidas represivas en contra de los opositores; otra ves nos perseguían, ilegalizaban varios partidos entre ellos ORVE y PDN, clausuraron periódicos, en fin, nos coartaban la libertad de expresión; hasta que el 13 de marzo del 37 me expulsaron del país junto a otros líderes opositores sin emargo yo me quedé, clandestinamente, pero me quedé.

Fueron 2 años en los que trabaje desde la clandestinidad, trabaje para formar una ideología, una base teórica mas fuerte sobre el PDN, publique artículos en el diario Ahora, sostenía comunicación con mis pares, nadie sabía nada, me mantenía bajo el pseudónimo de “Carlos Roca”. Fueron tiempos difíciles, lo más preocupante era mantener a mi familia, viviendo como nómadas, siempre escondiéndonos de un lado a otro, hasta que finalmente me apresaron el 20 de Octubre, yo gozando en casa de mi cuñado y ahí llego la policía lopecista, menos mal después me mandaron con mi familia para Chile.

Cuando me tuve que ir de mi pais


Siete años, años duros, años de nostalgia, años viajando entre Curazao, Santo Domingo, Barranquilla y Costa Rica, escapando como si hubiese cometido el mayor de los delitos, años solitarios; pero también años de crecimiento, pude madurar intelectualmente, ideológicamente y como persona; además  el transcurso de ese tiempo fue trascendental para la gestación de mi pensamiento y liderazgo político. No pude evitar deajar la literatura y demás intereses que no estuviesen íntimamente ligados con la situación socio-política y económica de mi País y poder regresar para derrocar a Gómez.
Durante ese período coqueteé con varias tendencias, debido a que aun estaba definiendo una ideología propia; compartí con figuras como Carlos León y Gustavo Machado, con quienes aprendí sobre el Marxismo;  también con mis hermanos queridos Raúl Leoni, Valmore Rodríguez, Ricardo Montilla y Pedro Juliac, y otros grupos de estudiantes emprendedores   latinoamericanos, fundamos la Alianza Unionista de la Gran Colombia,  un esfuerzo unionista antiimperialista, inspirado en el aprismo, que propugnaba la reintegración de la  Gran Colombia. Con esos amigos entrañables y otros exiliados venezolanos con quienes nos reunimos en el camino, el 22 de mayo de 1931 redactamos y suscribimos el conocido “Plan de Barranquilla”; un documento sin procedentes en nuestra historia política , que incluyó un examen sociológico sobre el país y un programa mínimo de acción para Venezuela sin Gómez en el poder, buscando una Venezuela libre de la explotación de ninguna clase social, una Venezuela que brindaba igualdad de oportunidades para todos, si, esa era la patria que soñábamos, por la que tanto luchábamos.  Nosotros, un grupo de jóvenes soñadores, luego de aprender de la vida política fuera, luego de ver mundo fuera del suelo venezolano, nos organizamos en torno a la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI), fue un gran paso, pues nos convertiríamos en un partido político serio a en nuestra vuelta a Venezuela.
Mi vida personal también tuvo un giro de 180° grados,  cambió el panorama cuando estando en Costa Rica conocí a Carmen Valverde, quien se convertiría en mi fiel, amada y comprensiva esposa. Carmen me dio el regalo más grande que pude haberle pedido a la vida, no solo me dio su amor, sino que el 11 de Abril de 1935, trajo al mundo a Virginia Betancourt Valverde, mi hija.

Mi Presidencia Constitucional


Pise mi amada tierra venezolana de nuevo el 9 de febrero del 58, y aun recuerdo ese discurso, el de la plaza Diego Ibarra, un discurso efusivo, sentido, en el que quería que a todos los oyentes les llegara el mensaje: la prioridad nacional debía ser la colaboración entre todos los venezolanos en la empresa para lograr la estabilización del régimen provisional presidido por Wolfang Larrazabal. Al llegar mi objetivo fue claro, debía reorganizar al partido, los de Acción Democrática aun eran una gran fuerza, pero muchas se quedaron en el exilio, se retiraron o murieron; debíamos repuntar y adaptarnos a las nuevas condiciones del país, teníamos que prepararnos para las elecciones de diciembre de ese año. El trabajo de hormiga dio frutos, no solo pude organizar al partido, sino que también fui electo nuevo presidente de la República, ahora con un partido unido y más fuerte, recuerdo claramente el resultado: Rómulo Betancourt obtiene la victoria con un 49,18% de los votos emitidos.

Mi gobierno no fue fácil, al contrario, transcurrió sorteando obstáculos, navegando entre duras realidades socioeconómicas y fuertes conflictos políticos nacionales e internacionales. A veces sentía que no iba a poder manejarlo, los repentinos brotes de violencia callejera y huelgas laborales y por supuesto los intentos de golpe como el carupanazo, el porteñazo, y el barcelonazo, además de enfrentar intentos de magnicidio presidencial. Una vez incluso sufrí un atentado terrorista brutal, el día 24 de junio de 1960, iba en el galante vehículo oficial rumbo al paseo de Los Ilustres con motivo de celebrarse el aniversario de la batalla de Carabobo, fue financiado y dirigido por el dictador Rafael Leonidas Trujillo de República Dominicana; también hubo altercados  ya que existía la guerrilla venezolana financiada por cuba, ya que su dirigente Fidel Castro  en el marco de su estrategia de exportación comunista quiso penetrar el pueblo venezolano. A esta situación se sumo la problemática que ocurría a nivel mundial de la Guerra Fría, que en la región latinoamericana alcanzó niveles altamente conflictivos por el enfrentamiento entre cuba y Estados Unidos

Mi llegada al mundo y los primeros pasos formadores de mi destino


Idolatrado por unos y odiado por otros; hijo del matrimonio de un Español Canario llamado Luis Betancourt y de la criolla Virginia Bello, llegué al mundo el 22 de febrero de 1908, el año en el que de Venezuela pasó de las manos de Cipriano Castro a las manos deJuan Vicente Gómez . Así comenzó mi vida dentro de la maraña política, simplemente el nacer en ese preciso año en el que Venezuela pasó de una dictadura a otra encaminó mi rumbo hacia ese horizonte.
Nací en Guatire, en la casa número 3 de la calle Bolívar en un pequeño pueblo rural, piadosamente bautizado con el nombre de  "Santa Cruz del Valle de Pacairigua y Guatire"; allí viví hasta los 11 años; en el año 1919 emprendí con mis padres, hermanas y mi tío Luis Bello el viaje a caracas, donde posteriormente nos estableceríamos, sería allí donde comenzaría mi desarrollo intelectual y político. Poco a poco fui tomando conciencia de la situación de mi país, esto fue consecuencia del contacto con mis compañeros de estudio y amigos, lecturas de prensa y de bibliografía tanto nacional como internacional concerniente a la politica y la realidad socio económica del mundo y Venezuela. Ese interés por el drama nacional despertó con fuerza cuando inicié los estudios de secundaria en el Liceo de Caracas en 1920, dirigido por el inolvidable maestro Rómulo Gallegos. 

Fue entre los años 1920 y 1928 que mi espíritu revolucionario se intensificó, pues estudiando derecho en la Universidad Central de Venezuela, encontré a personas que luego me acompañarían, con el ánimo ávido y voraz, en el camino como activista, un camino que luego no tendría vuelta atrás.


 

Mis ultimos años

Durante la presidencia de Raúl Leoni, me retiré de la vida política y pasé a residir en Berna, Suiza, permaneciendo casi inactivo para las elecciones de 1968 donde mi partido AD perdió por un fuerte margen, y llegó a la presidencia el candidato socialcristiano Rafael Caldera, lo cual no fue malo del todo, pues se consolido en mi país la alternabilidad de poder.

Para las elecciones de 1973, regresé a Venezuela y tomé las riendas de mi partido AD para lanzar como candidato a Carlos Andrés Pérez (CAP) en las elecciones presidenciales de ese año. En 1974 tomé posesión del curul como Senador Vitalicio ante el Congreso, derecho que me otorgaba la Constitución de la República de Venezuela de 1961.

Ante las nefastas políticas de Carlos Andrés Pérez y el fracaso de su partido en las elecciones de 1978, me volví a retirar de la vida pública en 1979, y empecé a viajar por el mundo recorriendo lugares maravillosos junto a mi amada segunda esposa, Reneé Hartmann.

El 23 de septiembre de 1981, asistí a un juego de béisbol en el Yankee Stadium, junto a mi amigo Luis Herreras Campins, estaba muy alegre y vivaz; pero el 28 de septiembre de 1981, tuve que asistir al Doctors Hospital de Nueva York, a consecuencia de una embolia cerebral que sufrí, ese día mi alma subio al cielo y mi ya inanimado cuerpo fué trasladado a Venezuela con todos los honores. Desde el cielo observe mi funeral, que fue una de las mayores manifestaciones de duelo público en la historia de mi amada Venezuela, ya que mi féretro fue cargado en hombros de simpatizantes desde el Centro de Caracas hasta el Cementerio del Este en La Guairita, ubicado a unos 10 km de distancia, tengo que confesarles fue un acto realmente bonito, muchas gracias.

Sobre mi muerte, el presidente norteamericano Ronald Reagan expresó:

..."Hablo en nombre de todos los americanos al expresar nuestra tristeza por la muerte de Rómulo Betancourt. Más que cualquier otra cosa, él fue un patriota venezolano; un amigo cercano y especial de los Estados Unidos. Durante los 50's, consideró a los Estados Unidos como un refugio mientras estaba en el exilio, y nos sentimos orgullosos de haberlo recibido. Nos sentimos honrados que este valiente, cuya vida la dedicó a los principios de libertad y justicia; un hombre que luchó contra dictadores de izquierda y derecha; pasó los últimos días de su vida en nuestras playas. Nos unimos al pueblo venezolano y a aquéllos que aman la libertad alrededor del mundo, al luto por su muerte"... Tales palabras me hicieron sentir orgulloso.


Decenio dictatorial y tercer exilio

23 de enero de 1949, el exilio de nuevo, nueve años esta vez y bajo la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, durante ese tiempo peregrine entre Estados Unidos, Cuba, Costa Rica y Puerto Rico; y visité Bolivia, Chile, Uruguay y México. En ese tiempo escribí sin tregua sobre mi angustia venezolana, sobre el destino latinoamericano, sobre la utopía de un mundo democrático y moderno; denunciar con resolución y coraje, donde estuviera, al régimen autoritario, y si, lo digo sin pena, fue tiempo en el que estaba conspirando en contra del dictador, tiempo para dirigir, organizar y elaborar lineamientos estratégicos para su partido, para los otros exiliados de la dictadura y para la resistencia opositora que operaba clandestinamente en el país.

Debo admitir que la impotencia de no poder estar luchando en mi país en contra de la ideología en la que no creía crecía día tras día, y la forma de desahogo que reencontré fue mi vieja compañera, la escritura, así podía expresarme libremente, escribí incontables artículos y publicación, pero en las páginas donde dejé mis desvelos venezolanos y americanos fue sin duda en Venezuela, Política y Petróleo; uno de mis tesoros publicado en noviembre de 1956 por el Fondo de Cultura Económica de México. Una vez más, aproveche mi permanencia fuera para establecer contactos personales y epistolares con prominentes figuras, partidos políticos y grupos sociales, tampoco pude evitar involucrarme y solidarizarme con las causas democráticas del hemisferio, con el movimiento cubano en contras de Fulgencio Batista; con la gestión de Luis Muñoz Marín en Puerto Rico; y con la Revolución Boliviana.

Revolución Democrática

A partir de la destitución de Isaías Medina Angarita, la junta de gobierno que por cierto estaba dirigida por mí, tomó posesión hasta entregarle el poder a Rómulo Gallegos en el 48, durante esos tres años hubo muchos cambios, desde el inicio del período vivimos una convulsión social en el país, como yo sabía que era poco tiempo y que teníamos que actuar rápido si queríamos ver cambios positivos rápido, emprendimos una serie de decretos t medidas llamados “de emergencia”. Yo buscaba restituir la soberanía del pueblo; quería que Venezuela fuese un pueblo democrático, con libertades públicas y amplias garantías para todos, incluyendo a los partidos políticos, normalizar la administración pública y evitar el enriquecimiento ilícito, abaratar el costo de la vida y elevar las condiciones económicas y sociales de los venezolanos, la reforma petrolera, agraria y educacional era fundamental; asi como el estrechamiento de vínculos con naciones democráticas y rompimiento de relaciones diplomáticas con naciones bajo regímenes dictatoriales, de esos objetivos nació el lema de AD : Pan, tierra y trabajo en una Venezuela libre y de los Venezolanos. Esto no le convenía a todo el mundo, cuando se dieron cuenta en diferentes sectores que sus intereses económicos se verían afectados con la revolución comenzaron las conspiraciones.
Al principio todo marchaba viento en popa, hubo concordia entre civiles y militares y entre gobierno y oposición; de hecho todos los partidos, incluso el partido comunista fueron expresando su respaldo a los puntos programáticos del régimen y reconocieron la Junta Revolucionaria, de repente nos habíamos convertido como partido político en un gran movimiento de masas, teníamos el apoyo popular, trabajadores, campesinos, universitarios, todos nos apoyaban; nos convertimos en la primera fuerza política del país. Pero esa luna de miel nacional pronto empezó a esfumarse, ya en enero del 46 se inició la seguidilla de intentonas golpistas que signaron el trienio adeco, como nos llamaban. Fue uno de los problemas más graves al que nos enfrentamos, tanto la Junta como el gobierno de Gallegos luego, hubo un elevado número de alzamientos y conspiraciones militares, además comenzaron también en el 46 las protestas civiles y un ambiente político de agudo conflicto.

Caracas; Los inicios de Acción Democrática

Al llegar a Caracas, tenía dos grandes pensamientos rondando en mi mente, la primera fue mi padre, quien estaba gravemente enfermo, lamentablemente no pude hacer nada y el falleció el 8 de marzo de 1941; el segundo fue mi pasión, la política, se había convertido en una carga decepcionante pues la oposición descansaba sobre los hombros de muy pocos; quería ver cambios, pero habían pocos luchando con fe y entereza a mi lado, por eso me dedique a crear una estrategia pedenista para lanzar una candidatura “independiente” que contrarrestara y se opusiera simbólicamente al menos al gobierno de López contreras, y por supuesto no podía olvidar el conseguir la legalización del PDN.

Trabajé incansablemente en la candidatura simbólica de mi maestro, Rómulo Gallegos y en la legalización del PDN hasta que se dio finalmente, la candidatura de Gallegos el 10 de febrero del 41, y la legalización del partido que se dio en ese junio de ese mismo año bajo el nombre de Acción Democrática. No obstante, la autorización para nuestro total funcionamiento como entidad política nos la dio el nuevo presidente electo, el doctor Isaías Medina Angarita el 13 de septiembre de 1941.

El período de Medina Angarita fue próspero para el país, aunque yo no simpatizaba con su ideología política, el supo darle a la oposición el respeto y apertura que nos merecíamos, sosteníamos un dialogo abierto, y lejos de escribir artículos hostiles, agresivos, ofensivos y críticos; lo que redactaba eran artículos con sugerencias, puntos de vista argumentados, en algunos casos críticos y en otros reconociendo los méritos de Isaías; llevábamos una contienda política civilizada y democrática. Aun allí no todo fue color de rosa, el 18 de octubre del 45 algunos dirigentes de Acción democrática y mi persona, decidimos apoyar al sector joven de las fuerzas armadas , quienes le propinaron un golpe de Estado al presidente Angarita; personalmente no justifico pero tampoco condeno el golpe, nosotros lo apoyamos porque el gobierno no profundizó en reformas claves que había prometido, como la implementación del sufragio universal; tengo que reconocer que a nosotros nos benefició, pues luego del golpe el poder gubernamental quedó en mis manos, y por ende, en manos de AD. Debo decir que mis compañeros y yo quisimos evitar la conspiración a toda costa, y solo participamos en ella cuando se hizo inevitable.

Experiencia Chilena


¡Los años de Chile! Esos dos años viví a mis anchas, me desenvolvía  tanto en el terreno político como en el intelectual y académico, llevaba una vida pública pero tranquila, y cómo no, si Chile estaba bajo el mandato del presidente Pedro Aguirre Cerda, quien manejaba su país bajo un sistema socialista amigo. Lo primero que hice al llegar fue retomar la pluma y el papel para escribir y publicar mi libro, Problemas Venezolanos; y para escribir y publicar artículos periodísticos, eso sí, cada artículo con mi firma, y con plena libertad de expresar mi opinión sobre  la situación socio política de Latinoamérica, y por supuesto de mi país. Allí asistí tanto como participante como charlista en diversos  congresos y conferencias. Uno de los más significativos para mí fue el I Congreso de Partidos Democráticos, donde me honraron nombrándome como uno de los 8 vicepresidentes de organización.
La estancia en Chile me hizo dar a conocer como figura pública y líder latinoamericano de la izquierda, estreché lazos de amistad con líderes políticos como Salvador Allende (ministro de salud), Oscar Schnake (secretario general del partido socialista chileno) y el ex presidente Arturo Alessandri. Tanto fue que me converti en una persona conocida dentro del ámbito político, que en enero de 1941, a mi salida de Chile, hicieron un homenaje en mi nombre.

Retornar a mi patria y vivir en la clandestinidad

Febrero del 36; regresar a mi Patria, y retomar la actividad política fue la misma cosa, llegué peleando por la democratización y modernización de Venezuela, con la influencia comunista en mi espíritu y la doctrina marxista en mi mente, mi primera incursión fue en la Comisión Organizadora de Partido Comunista, pero de ahí Salí pronto, en esos meses iniciales del lopecismo, era mejor crear organizaciones sin rigideces partidistas; asi que en poco tiempo me reuní con mis compañeros de ARDI y comenzamos un movimiento unitario, no partidista, que abarcaba todos los sectores de la sociedad. Ese movimiento lo llamamos Movimiento de Organización Venezolana (ORVE), ellos me veían como un líder, yo sin embargo pienso que simplemente era una persona con ideas claras y convincentes, era una persona capaz de tomar decisiones, y a las personas con ideas y con convicción las siguen. Siendo parte de la ORVE, acepte la responsabilidad de uno de los errores mas grandes que cometimos, por medio del llamado “Bloque de Abril” del cual eramos partícipes, hicimos posible que el 19 de abril de 1936 se reuniera el Congreso Nacional y escogiera formalmente a Eleazar Lopez Contreras como Presidente Constitucional de la República de Venezuela para el período 1936-1941. López nos traicionó, inició la represión en contra de la izquierda democrática; fue en ese momento cuando asumí la vocería de ORVE en esa ocasión dije: No tenemos excusa alguna a no ser la de una bobalicona e inconsciente candidez quienes en marzo aceptamos la teoría del hilo constitucional.


Al ver que López nos dio la espalda, decidimos hacerle frente creando una asociación política llamada Partido Democrático Nacional (PDN), apoyamos la huelga petrolera que convocó el Bloque Nacional Democrático, huelga que movilizó a unos 10.000 obreros y empleados de la industria petrolera. A partir de la suspensión de esa huelga petrolera, el gobierno tomó medidas represivas en contra de los opositores; otra ves nos perseguían, ilegalizaban varios partidos entre ellos ORVE y PDN, clausuraron periódicos, en fin, nos coartaban la libertad de expresión; hasta que el 13 de marzo del 37 me expulsaron del país junto a otros líderes opositores sin emargo yo me quedé, clandestinamente, pero me quedé.

Fueron 2 años en los que trabaje desde la clandestinidad, trabaje para formar una ideología, una base teórica mas fuerte sobre el PDN, publique artículos en el diario Ahora, sostenía comunicación con mis pares, nadie sabía nada, me mantenía bajo el pseudónimo de “Carlos Roca”. Fueron tiempos difíciles, lo más preocupante era mantener a mi familia, viviendo como nómadas, siempre escondiéndonos de un lado a otro, hasta que finalmente me apresaron el 20 de Octubre, yo gozando en casa de mi cuñado y ahí llego la policía lopecista, menos mal después me mandaron con mi familia para Chile.

Mis inicios en el panorama político


Cómo olvidar la semana del estudiante, los eventos entre el 6 y el 12 de febrero de 1928, me sirvieron para definir mi inclinación ideológica, y el sentido que le daría a mi vida. sin embargo, no siempre fue la política, recuerdo que en un período surgieron múltiples inquietudes por la vocación literaria, periodística y académica; pero al final, todas estas inquietudes sirvieron para dar inicio a lo que se convertiría en una fructífera carrera política. Era un muchacho entusiasta de 20 años cuando participé en ese episodio junto a los miembros de la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV) de la UCV, Raúl Leoni quien la presidía, estuvo allí, es amargo recordar el momento en el que llevaron a mis compañeros Jóvito Villalba, Pío Tamayo, Prince Lara y a mí al Cuarte del Cuño en Caracas y luego al Castillo Libertador en Puerto Cabello simplemente por haber sido los protagonistas de los sucesos de 1928, en los que expresamos nuestro pensamiento socio-político; no nos arrepentimos, pues ese fue el momento propicio para manifestar nuestro deseo de luchar por la Patria que anhelábamos, mostrar nuestras ganas de servir al País y ofrecernos como esos nuevos líderes que la Nación pedía a gritos.
Apresarnos en el Cuartel del Cuño sería apenas el comienzo, la verdadera represión gomecista la sufriríamos luego del alza militar del 7 de abril de 1928; el Cuartelazo estuvo encabezado por el capitán Rafael Alvarado Franco, pero nosotros como líderes estudiantiles también participamos, la conspiración fracasó, la policía nos acechaba como a vulgares criminales, tanto mis compañeros como yo nos vimos forzados a abandonar los estudios y dejar nuestras tierras, en junio llegó esa vergonzosa palabra, esa que me seguirá siempre, el destierro.