Caracas; Los inicios de Acción Democrática

Al llegar a Caracas, tenía dos grandes pensamientos rondando en mi mente, la primera fue mi padre, quien estaba gravemente enfermo, lamentablemente no pude hacer nada y el falleció el 8 de marzo de 1941; el segundo fue mi pasión, la política, se había convertido en una carga decepcionante pues la oposición descansaba sobre los hombros de muy pocos; quería ver cambios, pero habían pocos luchando con fe y entereza a mi lado, por eso me dedique a crear una estrategia pedenista para lanzar una candidatura “independiente” que contrarrestara y se opusiera simbólicamente al menos al gobierno de López contreras, y por supuesto no podía olvidar el conseguir la legalización del PDN.

Trabajé incansablemente en la candidatura simbólica de mi maestro, Rómulo Gallegos y en la legalización del PDN hasta que se dio finalmente, la candidatura de Gallegos el 10 de febrero del 41, y la legalización del partido que se dio en ese junio de ese mismo año bajo el nombre de Acción Democrática. No obstante, la autorización para nuestro total funcionamiento como entidad política nos la dio el nuevo presidente electo, el doctor Isaías Medina Angarita el 13 de septiembre de 1941.

El período de Medina Angarita fue próspero para el país, aunque yo no simpatizaba con su ideología política, el supo darle a la oposición el respeto y apertura que nos merecíamos, sosteníamos un dialogo abierto, y lejos de escribir artículos hostiles, agresivos, ofensivos y críticos; lo que redactaba eran artículos con sugerencias, puntos de vista argumentados, en algunos casos críticos y en otros reconociendo los méritos de Isaías; llevábamos una contienda política civilizada y democrática. Aun allí no todo fue color de rosa, el 18 de octubre del 45 algunos dirigentes de Acción democrática y mi persona, decidimos apoyar al sector joven de las fuerzas armadas , quienes le propinaron un golpe de Estado al presidente Angarita; personalmente no justifico pero tampoco condeno el golpe, nosotros lo apoyamos porque el gobierno no profundizó en reformas claves que había prometido, como la implementación del sufragio universal; tengo que reconocer que a nosotros nos benefició, pues luego del golpe el poder gubernamental quedó en mis manos, y por ende, en manos de AD. Debo decir que mis compañeros y yo quisimos evitar la conspiración a toda costa, y solo participamos en ella cuando se hizo inevitable.