Cómo olvidar la semana del estudiante, los eventos entre el 6 y el 12 de febrero de 1928, me sirvieron para definir mi inclinación ideológica, y el sentido que le daría a mi vida. sin embargo, no siempre fue la política, recuerdo que en un período surgieron múltiples inquietudes por la vocación literaria, periodística y académica; pero al final, todas estas inquietudes sirvieron para dar inicio a lo que se convertiría en una fructífera carrera política. Era un muchacho entusiasta de 20 años cuando participé en ese episodio junto a los miembros de la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV) de la UCV, Raúl Leoni quien la presidía, estuvo allí, es amargo recordar el momento en el que llevaron a mis compañeros Jóvito Villalba, Pío Tamayo, Prince Lara y a mí al Cuarte del Cuño en Caracas y luego al Castillo Libertador en Puerto Cabello simplemente por haber sido los protagonistas de los sucesos de 1928, en los que expresamos nuestro pensamiento socio-político; no nos arrepentimos, pues ese fue el momento propicio para manifestar nuestro deseo de luchar por la Patria que anhelábamos, mostrar nuestras ganas de servir al País y ofrecernos como esos nuevos líderes que la Nación pedía a gritos.
Apresarnos en el Cuartel del Cuño sería apenas el comienzo, la verdadera represión gomecista la sufriríamos luego del alza militar del 7 de abril de 1928; el Cuartelazo estuvo encabezado por el capitán Rafael Alvarado Franco, pero nosotros como líderes estudiantiles también participamos, la conspiración fracasó, la policía nos acechaba como a vulgares criminales, tanto mis compañeros como yo nos vimos forzados a abandonar los estudios y dejar nuestras tierras, en junio llegó esa vergonzosa palabra, esa que me seguirá siempre, el destierro.