A partir de la destitución de Isaías Medina Angarita, la junta de gobierno que por cierto estaba dirigida por mí, tomó posesión hasta entregarle el poder a Rómulo Gallegos en el 48, durante esos tres años hubo muchos cambios, desde el inicio del período vivimos una convulsión social en el país, como yo sabía que era poco tiempo y que teníamos que actuar rápido si queríamos ver cambios positivos rápido, emprendimos una serie de decretos t medidas llamados “de emergencia”. Yo buscaba restituir la soberanía del pueblo; quería que Venezuela fuese un pueblo democrático, con libertades públicas y amplias garantías para todos, incluyendo a los partidos políticos, normalizar la administración pública y evitar el enriquecimiento ilícito, abaratar el costo de la vida y elevar las condiciones económicas y sociales de los venezolanos, la reforma petrolera, agraria y educacional era fundamental; asi como el estrechamiento de vínculos con naciones democráticas y rompimiento de relaciones diplomáticas con naciones bajo regímenes dictatoriales, de esos objetivos nació el lema de AD : Pan, tierra y trabajo en una Venezuela libre y de los Venezolanos. Esto no le convenía a todo el mundo, cuando se dieron cuenta en diferentes sectores que sus intereses económicos se verían afectados con la revolución comenzaron las conspiraciones.
Al principio todo marchaba viento en popa, hubo concordia entre civiles y militares y entre gobierno y oposición; de hecho todos los partidos, incluso el partido comunista fueron expresando su respaldo a los puntos programáticos del régimen y reconocieron la Junta Revolucionaria, de repente nos habíamos convertido como partido político en un gran movimiento de masas, teníamos el apoyo popular, trabajadores, campesinos, universitarios, todos nos apoyaban; nos convertimos en la primera fuerza política del país. Pero esa luna de miel nacional pronto empezó a esfumarse, ya en enero del 46 se inició la seguidilla de intentonas golpistas que signaron el trienio adeco, como nos llamaban. Fue uno de los problemas más graves al que nos enfrentamos, tanto la Junta como el gobierno de Gallegos luego, hubo un elevado número de alzamientos y conspiraciones militares, además comenzaron también en el 46 las protestas civiles y un ambiente político de agudo conflicto.